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En los últimos años, la microbiota intestinal se ha convertido en un tema que ha adquirido gran relevancia y del que cada vez hablan más especialistas en salud y artículos científicos. Según la mayoría de ellos, está demostrado que la flora de nuestros intestinos influye de manera determinante en el bienestar de las personas y, bajo esta premisa, nace Bioithas, una empresa vinculada desde sus orígenes al Parque Científico de Alicante, dedicada al desarrollo de productos para la salud.

Bioithas es una empresa tecnológica dentro del sector farmacéutico, que trabaja exclusivamente con productos probióticos, avalando su eficacia moduladora sobre la microbiota intestinal para modificar la evolución de determinadas enfermedades inflamatorias. Hablamos con su CEO y Fundador, Vicente Navarro, para que nos cuente sus proyectos actuales y futuros.

¿Cómo nació Bioithas?

Vicente Navarro: La empresa nace en 2017 a raíz de la investigación realizada en los dos años previos, centrada en dos ensayos clínicos sobre dermatitis atópica y psoriasis, dos afecciones cutáneas. En estos estudios, la empresa consiguió desarrollar dos productos probióticos para su tratamiento que fueron patentados por la firma. Este es el origen de la empresa y estos dos productos son los que financian los inicios de Bioithas.

¿Puede hablarnos del modelo de negocio de la empresa?

Vicente Navarro: Nos centramos en un modelo doble. Por un lado, en la realización de ensayos clínicos, en los que probamos la eficacia de productos en humanos. En este caso, hemos realizado este tipo de estudios para otras firmas de todo el mundo, americanas, chilenas, alemanas o españolas, pero también los realizamos con nuestros propios productos. Además, la otra línea de negocio, que tiene gran peso en los últimos dos tres años, está dirigida a la licencia de patentes, es decir, a registrar productos desarrollados por nosotros que se distribuyen a nivel mundial a través de licencias.

¿Con cuántas patentes cuentan?

Vicente Navarro: A día de hoy, Bioithas cuenta con siete patentes registradas. Cinco de ellas son de probióticos con funcionalidad en patologías, principalmente en enfermedades dermatológicas e inflamatorias y en síntomas digestivos de covid. Además, tenemos dos patentes basadas en biomarcadores, en los que se utiliza la microbiota como determinante de la enfermedad. Estas dos últimas patentes están relacionadas con la escleroses múltiple y el cáncer de cabeza y cuello y, para ellas, hemos firmado un acuerdo con una empresa americana para formar una compañía paralela que formará parte del futuro holding en el que se convertirá Bioithas a partir de 2023.

¿Por qué decidieron vincularse a Parque Científico de Alicante?

Vicente Navarro: La decisión de vincularnos al Parque Científico estuvo clara desde el principio, sobre todo por el prestigio que tiene. Es un referente, no solo en la ciudad de Alicante, sino también a nivel nacional. En él han crecido diferentes start ups que ahora son empresas consolidadas en el mundo de la biotecnología. A esto se une la visibilidad que tiene, por lo que para nosotros ha sido un hecho clave y estratégico. De hecho, Bioithas fue nombrada por la Universidad de Alicante como Premio Mecenazgo de Investigación, hemos sido Mejor Start Up de la Comunidad Valenciana y también de los cinco parques científicos de la región y, finalmente, el año pasado participamos en la cuarta edición del Programa Scale Up, donde fuimos ganadores del premio entre las empresas de biotecnología con menos de 6 años de antigüedad. Creo que los resultados son claros y gran parte de nuestro éxito se debe al prestigio del Parque Científico de Alicante.

¿Qué ventajas tiene para la empresa pertenecer a este ecosistema empresarial?

Vicente Navarro: Entre las ventajas estaría la ayuda que nos ofrece, así como también la infraestructura, con las instalaciones que ahora mismo se están acabando en el PCA. Destacaría, asimismo, todo el soporte científico que proporciona, así como el respaldo administrativo y los contactos que ofrecen con empresas de todo el mundo. Todos estos recursos son fundamentales para una empresa que empieza y gracias al Parque Científico hemos tenido acceso a ellos, por eso lo consideramos clave.

Uno de sus proyectos más conocidos es Biovalora, ¿cuál es su objetivo? ¿En qué punto se encuentra?

Vicente Navarro: Se trata de un proyecto estratégico para nosotros, que está financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial. Participamos en él junto a AIJU y con la UPV. Lo que pretendemos con Biovalora es desarrollar la identificación de productos probióticos que se pueden encontrar en el bagazo de la cerveza, un residuo que se genera al producir esta bebida, que prácticamente no se reutiliza, y donde existe crecimiento de probióticos. De hecho, nos encontramos ya en la fase de identificación de bacterias que son potenciales probióticos y, posteriormente, iniciaremos estudios preclínicos para modular la microbiota intestinal con ellos y tratar ciertas enfermedades inflamatorias cutáneas.

¿Cuáles son los proyectos a medio y largo plazo de Bioithas?

Vicente Navarro: A medio plazo perseguimos consolidar las licencias de los productos patentados a día de hoy. En los últimos años, hemos registrado varios productos con indicaciones clínicas en las que los resultados han sido muy buenos. Los últimos estudios que hemos realizado en el ámbito dermatológico se centran en enfermedades como la alopecia areata y el acné. Estos dos productos ya se han comenzado a licenciar a distintas multinacionales y van a comenzar a distribuirse por todo el mundo. Aquí está el gran potencial de Bioithas para los próximos años.

A largo plazo nuestro objetivo es consolidarnos como empresa referente en el desarrollo de productos, sobre todo en patología dermatológica. A día de hoy somos el centro de investigación referente a nivel mundial, avalados por la publicación de ocho artículos en las revistas científicas más prestigiosas y esperamos seguir por ese camino, ya que hemos proyectado tres nuevos estudios sobre esta temática.

Háblenos del sector en el que trabajan, ¿hay mucha competencia?

Vicente Navarro: A nivel comercial hay competencia, puesto que en los últimos años se han subido al carro de los probióticos muchas multinacionales farmacéuticas, pero a nivel científico no tenemos mucha competencia. Nuestro modelo basado en utilizar el preparado probiótico como si fuera un medicamento y realizar ensayos clínicos costosos, es lo que hace que no tengamos demasiada competencia.

¿Ve el futuro de Bioithas en Alicante?

Vicente Navarro: Sin duda el futuro de Bioithas está en Alicante, ya que tiene un clúster de empresas biotecnológicas muy importante, que están agrupadas en la Asociación Empresarial de Biotecnología de la Provincia (AEBA), que forma parte de BIOVAL, con ámbito en la Comunidad Valenciana. Por tanto, el potencial de la ciudad es grande y se está consolidando como un centro biotecnológico, por lo que aquí pueden nacer muchas empresas apoyadas por las instituciones regionales. Aunque Bioithas pueda crecer como un holding y tener sedes en otras ciudades europeas, todo se centralizará desde Alicante y es un orgullo poder dirigirnos a todo el mundo con nuestros productos desde nuestra ciudad.

Acción realizada con el apoyo de 

 

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Quiso ser matemática, pero acabó decantándose por la ingeniería química. Tras finalizar su tesis y el nacimiento de su hija, le surgió la posibilidad de crear y liderar una empresa de base tecnológica. Aceptó el reto porque le atraía la idea de trasladar del laboratorio a la industria la tecnología basada en nanomateriales de carbono, en la que había trabajado durante su doctorado.

 
Así, en 2015 nació Applynano, una empresa con un equipo técnico formado mayoritariamente por mujeres, especializada en el desarrollo y fabricación de productos basados en grafeno y otros nanomateriales de carbono. Actualmente, además de ser la CEO de Applynano, es profesora asociada de la UA, lo que le permite compaginar todos sus intereses: la ciencia, la ingeniería y la docencia.
Originaria de un pequeño pueblo de montaña del sur de Italia, creció en el campo, donde aprendió a amar a los animales. Su formación mixta, por un lado, en Cine y Medios y, por otro, en Ciencia e Ingeniería de Datos, hace que se sienta cómoda cuando puede desarrollar simultáneamente sus dos facetas: las artes y las ciencias.

 
En su investigación en la Fundación ELLIS, estudia las posibilidades culturales, sociales y artísticas de la Inteligencia Artificial, concretamente en el efecto que las redes sociales tienen en la vida de las mujeres y la forma en que son percibidas en el ecosistema cultural. Más concretamente, analiza el impacto de la IA en las mujeres en el éxito político, la percepción corporal y la expresión artística..
Desde su primer contacto con la ciencia en el instituto, tuvo claro que su futuro académico y profesional iba a estar marcado por ella. Curiosamente, el mar le aterraba y atraía a partes iguales, sin embargo, decidió estudiar Ciencias del Mar en la UA. Durante su formación, descubrió que el océano estaba lleno de recursos con múltiples aplicaciones potenciales, pero que una mala gestión puede desencadenar un desequilibrio entre ecosistemas y acabar en importantes desastres naturales.

 
La oportunidad de emprender surgió casi de la nada al terminar su trabajo final de máster. Desde marzo de 2021, ocupa el puesto de Chief Sustainability Officer en Mediterranean Algae, donde desarrolla la actividad de cultivo de macroalgas autóctonas del Mediterráneo y de sus extractos desde las directrices de economía circular y sostenibilidad.
Tras formarse en Ingeniería Química en la UA, se doctoró en diseño de procesos y productos. Ha investigado y trabajado en áreas como el tratamiento de aguas residuales, la valorización de residuos industriales o la recuperación de materiales plásticos en la industria.

 
Actualmente, desarrolla su carrera profesional en Fych Technologies, una empresa nacida tras años de investigación sobre el reciclaje de plásticos en la UA. Desde aquí, estudia los numerosos retos a los que se enfrenta el sector del reciclaje en su camino hacia la economía circular como son los materiales multicapa, los olores no deseados y la presencia de contaminantes. Como resultado, la empresa ha desarrollado varias tecnologías innovadoras destinadas a aumentar las tasas de reciclaje, mejorar la calidad y ampliar el mercado de productos reciclados.
Su afición por la ciencia comenzó desde muy pequeña. Aunque con dudas, eligió la Ingeniería Química como opción para continuar sus estudios universitarios y hoy puede confirmar que es una de las mejores elecciones que tomó en su vida. Descubrió su pasión por la investigación realizando el trabajo final de máster en Ingeniería Química, y en su segundo año de doctorado tiene clara su finalidad como investigadora: contribuir a la mejora y el bienestar de la sociedad.

 
Desarrolla su investigación de doctorado en el Instituto Universitario de Ingeniería de Procesos Químicos, concretamente en el Grupo de Investigación Residuos, Energía, Medio Ambiente y Nanotecnología (REMAN). Su objetivo es conseguir elaborar un biopolímero en base de almidón termoplástico (TPS) capaz de reemplazar a los plásticos convencionales derivados del petróleo.
Descubrió su pasión por la ciencia y la ingeniería durante sus estudios en la UA, aunque reconoce que es una carrera dura y exigente. Tras varios años como investigadora, comienza a estudiar el reciclaje de plásticos con el objetivo de mejorar los procesos convencionales y aumentar la calidad del plástico reciclado y continúa trabajando en el grupo de investigación Ingeniería para la Economía Circular.

 
Funda Fych Technologies, una empresa que nace con el objetivo de transferir el conocimiento generado en la Universidad a la industria. La misión de la firma es continuar investigando para aportar soluciones tecnológicas al tratamiento de residuos. Actualmente se han trasferido dos patentes, una sobre envases multicapa y otra sobre eliminación de olores de los plásticos reciclados utilizando vapor de agua.
Se graduó en Ingeniería de Telecomunicación como número uno de su promoción y ha roto infinidad de techos de cristal como profesional: fue la primera directora científica mujer en Telefónica I + D, la primera directora de Investigación en Ciencias de Datos en Vodafone a nivel mundial y la única investigadora española reconocida por el ACM como Distinguished Scientist y Fellow al mismo tiempo. En 2017, fue nombrada una de las 11 personas más influyentes en Inteligencia Artificial en el mundo por Pioneering Minds y en 2021 ha sido galardonada con el Premio Rei Jaume I en Nuevas Tecnologías.

 
Es cofundadora y directora de la Fundación ELLIS Alicante, organización ubicada en el PCA, que se dedicada a abordar desafíos fundamentales en Inteligencia Artificial. Ha desarrollado 41 patentes y, además de su trabajo científico, dedica parte de su tiempo a inspirar a los jóvenes y, especialmente a las chicas, a estudiar carreras tecnológicas.
Siempre se interesó por saber el por qué o cómo suceden las transformaciones de la materia que nos rodea. Los estudios en Química que desarrolló en la UA terminaron de despertar en ella la vocación por dicha disciplina, sobre todo la aplicada al ámbito medioambiental y al de los tratamientos anticancerígenos. Vocaciones que consolidó con un Máster en Química Fina y Molecular; donde dio comienzo a su investigación en el ámbito de los fármacos anticancerígenos.

 
Actualmente, trabaja en el Instituto Universitario de Ingeniería de los Procesos Químicos, concretamente en el grupo de Residuos, Energía, Medioambiente y Nanotecnología (REMAN) y, a su vez, como colaboradora de la empresa Solublion. Su objetivo es la obtención de materiales termoplásticos biodegradables con base de almidón para diferentes aplicaciones como el sector de los embalajes, entre otros, con el fin de disminuir la contaminación ambiental y los productos tóxicos; desarrollando su investigación en el ámbito de la química verde.
Licenciada en Biología por la UA y doctora en Bioquímica, tuvo su primer contacto con el mundo científico desde una perspectiva empresarial gracias a una beca en Gante (Bélgica). Su experiencia de más de 18 años se centra, principalmente, en microbiología y biología molecular aplicada al diagnóstico medioambiental.

 
Consciente de que la investigación se puede convertir en una solución a las necesidades empresariales, en 2019 asumió el cargo de directora de innovación en Labaqua, donde gestiona un departamento transversal que da soporte a las distintas líneas de negocio de la empresa, desarrollando y validando nuevas tecnologías adaptadas a la necesidad de un mercado cada vez más exigente, el medioambiental. Además, gestiona las colaboraciones con centros tecnológicos, universidades y empresas privadas. Durante su carrera, ha podido compaginar el trabajo en el ámbito empresarial con la participación en publicaciones científicas y proyectos de investigación que han permitido dar a la compañía un gran valor científico-técnico.
Lleva trabajando 18 años con organismos que no se ven, microorganismos, para solventar problemas en cultivos. Daños que no sólo son visibles, sino que producen mermas muy importantes, poniendo en jaque a la agricultura. Siempre tuvo claro que trabajar para una empresa era su futuro, aunque nunca llegó a pensar en montar una. La vida la encauzó hasta Glen Biotech, la primera empresa de base tecnológica de la Universidad de Alicante. La tecnología que desarrolló a través de su tesis fue la que dio origen a ese proyecto.

 
Desde entonces, han pasado han pasado 12 años, en los que se ha enfrentado a un registro de sustancia activa a nivel europeo, a escalar e industrializar un proceso de fermentación de microorganismos, a dirigir un equipo de personas jóvenes que salían de la universidad con poca o nula experiencia en la empresa. Ahora trabaja desde Glen Biotech dentro de la multinacional biotecnológica Symborg.