A menudo, cuando leemos acerca de los grandes polos de innovación y emprendimiento en el mundo, aparecen los nombres de las grandes urbes de nuestro tiempo: Londres, París, San Francisco, Bangalore, como los sospechosos habituales. ¿Hay oportunidad para el resto de los ecosistemas urbanos? Diría que sí. Hay oportunidad para los ecosistemas Mittelstand.
Al igual que en el término original alemán, los ecosistemas Mittelstand son aquellos pegados a la industria, solo que esta vez, pertenecen a una industria que se define como industria tecnológica. No referido a la tecnología digital, basada en la digitalización de los sectores tradicionales, si no al concepto que engloba cosas como: la nanotecnología, biotecnología, inteligencia artificial, fabricación aditiva, entre otras.
Y aquí es donde el ecosistema del Parque Científico de Alicante ofrece características interesantes, donde se une la capacidad científico-técnica, con programas reservados para usar a las empresas emergentes como vehículos esenciales en la transferencia de conocimiento. Es el caso de Fych technologies, pilotada estupendamente por dos emprendedoras entusiastas y decididas, que han conseguido pasar de pensar en términos de laboratorio a hablar de escala, de grandes objetivos y de empresa con visión global.
Esta es la magia de los ecosistemas Mittelstand, donde las partes, los distintos componentes del ecosistema encuentran la pieza del puzzle que faltaba en las empresas emergentes netamente tecnológicas.
Estar en contacto con este tipo de ecosistemas, tan específicos, tan de radio corto, es una oportunidad para aprender y pilotar en las autopistas más rápidas de la transferencia de conocimiento. Tal vez no con la potencia de impacto global tan catalizado en los grandes polos mundiales, pero si con la capacidad de aprovechamiento, de aprendizaje, de enfrentarse a todo tipo de retos y estar en contacto con cada uno de ellos. Esta capacidad de ir de lo global a lo concreto, dentro de una red de soporte, es de gran valor y se vuelve una experiencia muy terrenal y didáctica sobre la ardua tarea que es innovar, a través de emprender.
Hacerlo en compañía de gente muy cualificada y empresas que realmente buscan implicarse y tienen capacidad para marcar la diferencia, hace que el viaje no solo merezca la pena por el camino que hay enfrente, si no por lo que te encuentras a los lados.
