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Más de 140 profesionales integran la división Air & Climate de SUEZ. La compañía, con sede en Parque Científico de Alicante, trabaja para mejorar la calidad del aire y la gestión de residuos aportando soluciones innovadoras contra el cambio climático. Hablamos con Ignacio Valor, director de SUEZ Air & Quality España, y Antonio Amo, responsable Desarrollo de Negocio de la división.

¿Podría explicarnos qué es Suez?

Ignacio Valor: Suez es una empresa que opera más de 40 países en el mundo, con dos actividades fundamentales. Por un lado, la gestión integral del ciclo del agua y, por otro, el tratamiento de residuos. En el ámbito del agua, Suez abastece de agua potable a más de 66 millones de personas en el mundo. En el tratamiento de residuos, genera 3,8 teravatios/hora (TW/h)  de energía a partir de desechos.

Hace más de 20 años, Suez puso en marcha un proceso de diversificación y empezó a trabajar en otros mercados. Ahí es cuando se impulsa la división ‘Environmental Solutions’, que ofrece servicios medioambientales a terceros y sirve como apoyo a los dos pilares fundamentales que he comentado.

¿En qué tipo de proyectos trabaja Suez?

Antonio Amo: En Suez Air & Quality España trabajamos en una gran variedad de proyectos, por ejemplo, desde un punto de vista de la escala, ofrecemos desde consultoría para pequeñas empresas hasta grandes proyectos que tratan problemáticas ambientales. Además, desde el punto de vista de la naturaleza de los proyectos, trabajamos en la consultoría, pero también en ámbitos como la ingeniería o la construcción. Toda esta gran variedad de proyectos se debe al perfil multidisciplinar que tenemos en la empresa.

¿Qué es la calidad del aire y por qué es importante?

Ignacio Valor: La mejor manera de explicar por qué es importante la calidad del aire es hablar de las consecuencias que tiene la mala calidad del aire. Aquí hay un dato interesante: en España se producen 10.000 muertes prematuras al año a causa de la mala calidad del aire. Si este dato lo comparamos con los fallecimientos que se registran por accidentes de tráfico cada año vemos que la cifra es de 1.700, con lo cual la comparativa de ambas cifras pone de manifiesto la importancia que tiene cuidar de la calidad del aire.

Otro ejemplo para ilustrar esto mismo es hablar de la calidad del agua. Históricamente, se tiene muy claro que el agua debe ser de calidad ya que tiene vital importancia para nuestra salud. Cada día consumimos alrededor de 2 litros de agua, que equivalen a dos kilos, y cuando vemos el dato de qué cantidad de aire al respirar ingresa en nuestro cuerpo, comprobamos que son 13 kilos. Por lo tanto, si tanto nos preocupa los dos kilos de agua, deberían importarnos de igual manera los kilos de aire que entran en nuestro sistema respiratorio.

¿En qué consiste vuestro proyecto para calcular el impacto de las plantas de tratamiento de residuos?

Antonio Amo: Este tipo de instalaciones tienen un alto impacto ambiental en el entorno y nosotros realizamos nuestra actividad fundamentalmente desde dos perspectivas. Por un lado, ofrecemos la medición de gases de efecto invernadero en este tipo de instalaciones mediante una tecnología muy innovadora de utilización de cámaras de infrarrojo. Por otro lado, valorizamos el biogás, que es uno de los productos que se generan en este tipo de instalaciones, como biometano. Este segundo punto es relevante por la importancia de encontrar fuentes de energía sostenibles. Una de las seis instalaciones que tenemos en el mundo de este tipo está ubicada en una planta en Cerdanyola del Vallès (Barcelona).

¿Cómo ha sido participar en la creación de la Zona de Bajas Emisiones de Valencia?

Ignacio Valor: Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son una obligación para todos aquellos municipios de más de 50.000 habitantes. También, aquellos de más de 20.000 que tengan superaciones por contaminación del aire están obligados a definir una ZBE. Cuando se ponen en marcha este tipo de proyectos, hay que tener claro que su objetivo no es restringir el tráfico a determinados vehículos o imponer sanciones a los ciudadanos. El objetivo de las ZBE es buscar una mejor calidad del aire y los niveles de ruido.

En Suez hemos sido adjudicatarios del desarrollo de la ZBE de Valencia, que es uno de los proyectos más emblemáticos porque es uno de los que mayor inversión tienen. Nuestro trabajo consiste en determinar en qué perímetro se acota la ZBE, para ello, a través del estudio de diferentes modelos, determinamos qué actuaciones se deben realizar para mejorar la calidad del aire de la ciudad de Valencia.

¿Qué proyecto habéis desarrollado para medir la calidad del aire en las Islas Baleares?

Antonio Amo: Los puertos pueden suponer un gran impacto en el entorno por las emisiones que producen. En este proyecto, encargado por la Autoridad Portuaria de Baleares, desplegamos más de 25 sensores de calidad de aire en los cinco puertos que tiene el archipiélago. Esto nos permitió monitorizar contaminantes de distinto tipo para analizar el impacto de estas instalaciones.

¿En que ha consistido vuestro trabajo en el Principado de Asturias?

Ignacio Valor: En este proyecto actuamos a escala regional con el objetivo de mejorar la calidad del aire en toda la comunidad en el horizonte 2030. Por lo tanto, se trataba de un proyecto muy ambicioso, que incluía establecer un punto de partida, determinar las fuentes que influían en la calidad del aire (industria, tráfico, fuentes naturales, etc.) y establecer, conjuntamente con la administración cuáles serían las estrategias y acciones concretas que se deberían llevar a cabo.

¿Cuál es vuestra actividad en el ámbito de la contaminación ambiental por olores?

Antonio Amo: Se centra en dos aspectos, el diagnóstico y el tratamiento. Por un lado, en el campo del diagnóstico fuimos la primera empresa en España en 2004 en acreditarnos por una metodología que es la UNE-EN 13725 para realizar estudios de impacto ambiental mediante olfatometría dinámica. Po otro lado, en el ámbito del tratamiento, uno de nuestros proyectos más destacado es el de la planta de biometanización de Las Dehesas en Madrid, donde hemos instalado un biofiltro avanzado que permite eliminar los olores de esta instalación.

¿Por qué vincularse a Parque Científico de Alicante?

Ignacio Valor: El Parque Científico de Alicante genera para nosotros un ecosistema muy interesante. Nuestra actividad en calidad del aire requiere de mucha innovación, de hecho, invertimos cada año en proyectos de I+D más del 5% de nuestra cifra de negocio. Estas necesidades de innovación nos impulsan a trabajar en entornos de este tipo, como el PCA, donde estamos vinculados a otras empresas tecnológicas, tenemos acceso a financiación y proyectos europeos, conseguimos personal de investigación vinculado a la UA. Es decir, el ecosistema es muy adecuado y estamos muy contentos de habernos vinculado.

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