La inteligencia artificial y su papel en la ciencia centraron el debate en el Parque Científico de Alicante durante un encuentro organizado por la Asociación de Empresas Biotecnológicas de Alicante (AEBA). Bajo el título ‘Cuando las máquinas hacen ciencia’, la jornada reunió a investigadores, emprendedores y profesionales del sector para reflexionar sobre cómo esta tecnología está transformando la forma en que generamos conocimiento.
El evento contó con la participación del catedrático Javier García Martínez, fundador de Celera y Premio Nacional de Investigación 2023, quien ofreció una ponencia inspiradora sobre el potencial y los desafíos que plantea la inteligencia artificial en el ámbito científico.
Con motivo de este encuentro, tuvimos la oportunidad de charlar con el propio Javier García Martínez y Andrés Antón Salas, presidente de AEBA, entidad organizadora del evento. Ambos compartieron sus visiones sobre el presente y futuro de la ciencia, la innovación y el papel de instituciones como el Parque Científico en este contexto de transformación.
¿Por qué AEBA ha querido organizar este encuentro en el Parque Científico de Alicante y qué objetivo persigue con esta conferencia sobre inteligencia artificial y ciencia?
Andrés Antón Salas (AEBA): Nuestro objetivo principal es mantener informados a nuestros asociados sobre las nuevas herramientas que van surgiendo en el mercado. Aunque el sector biotecnológico es, en general, muy innovador y suele adoptar pronto las nuevas tecnologías, desde AEBA queremos asegurarnos de que están realmente al día en su implementación. Con esta conferencia buscamos ofrecerles una visión clara y realista sobre la aplicación de la inteligencia artificial. Sabemos que hay mucho ruido en torno a esta tecnología, pero lo importante es aterrizarla y entender cómo puede integrarse de forma útil en sus organizaciones. Queremos que conozcan de forma concreta qué puede aportarles la IA para mejorar la eficacia y el rendimiento de sus empresas.
En tu opinión, ¿cómo está transformando la inteligencia artificial el modo en que hacemos ciencia y generamos conocimiento?
Javier García Martínez (ponente): Las máquinas siempre han sido nuestras aliadas en la ciencia: desde los telescopios, que nos permiten observar lo más lejano, hasta los microscopios, que nos muestran lo más pequeño. Pero hoy vivimos un momento diferente. Generamos tal cantidad de datos —ya sea observando estrellas o analizando átomos— que ni nuestros ojos ni nuestros cerebros son capaces de procesarlos por sí solos.
Y ahí es donde entra la inteligencia artificial. Las máquinas nos ayudan a identificar patrones, a detectar tendencias, a analizar imágenes y vídeos con una precisión que sería imposible alcanzar manualmente. Pero lo más revolucionario es que ya no se limitan a interpretar datos. Ahora también pueden generar hipótesis, diseñar experimentos para comprobarlas y extraer conclusiones originales.
Durante mucho tiempo creímos que hacer ciencia era una capacidad exclusivamente humana. Sin embargo, estamos viendo que, combinando datos con inteligencia artificial y robótica, las máquinas son capaces de realizar algunos de los descubrimientos científicos más importantes de nuestra época.
¿En qué punto se encuentra actualmente el sector biotecnológico en la provincia de Alicante y cuáles diría que son sus principales fortalezas y desafíos?
Andrés Antón Salas (AEBA): La situación del sector biotecnológico en la provincia de Alicante es bastante interesante. Un estudio que realizamos hace un par de años reveló algunas fortalezas destacables: por ejemplo, la media de contratos indefinidos era muy superior a la de otros sectores, el empleo femenino superaba el 80 %, y el nivel de exportación de estas empresas también estaba por encima de la media, contribuyendo a una balanza comercial positiva tanto para la Comunidad Valenciana como para España.
Sin embargo, también detectamos algunas debilidades. Muchas de estas compañías son relativamente jóvenes y de pequeño tamaño, lo que puede limitar su capacidad de crecimiento. Además, existen dificultades en el acceso a financiación pública, algo clave para un sector que trabaja con proyectos a largo plazo. También observamos un uso frecuente de deducciones fiscales como herramienta de apoyo.
Otro aspecto preocupante fue la baja tasa de patentes, por debajo de la media nacional, lo que indica una menor protección de su innovación y, por tanto, una mayor vulnerabilidad tecnológica. Actualmente estamos realizando una actualización de ese estudio, con datos de los últimos cinco años, cuyos resultados conoceremos próximamente.
¿Consideras que España —y en concreto Alicante— está bien posicionada para liderar esta nueva etapa científica impulsada por la inteligencia artificial?
Javier García Martínez (ponente): Sin duda, España cuenta con el talento y genera el conocimiento necesario para liderar esta nueva revolución impulsada por la inteligencia artificial. Pero no se trata solo de cuánto avanzamos nosotros, sino también de la velocidad a la que avanzan los demás.
Si observamos el panorama global, vemos que China no solo está en una posición de liderazgo en inteligencia artificial, sino que se acerca al monopolio. Lo único que lo impide por ahora es su dependencia de los chips de Nvidia, con sede en Estados Unidos, lo que está generando una de las mayores tensiones geopolíticas actuales.
En cuanto al talento, Europa —y España en particular— lo tiene. Contamos con centros punteros y supercomputadores como MareNostrum. Pero lo cierto es que los grandes descubrimientos científicos vinculados a la inteligencia artificial no están surgiendo desde aquí. Avances como los de DeepMind o el proyecto AlphaFold de Google son ejemplo de ello.
El gran reto de Europa, como ya señalaba el Tratado de Lisboa a principios del siglo XXI, sigue siendo el mismo: transformar el excelente conocimiento científico que generamos en innovación real, en empresas y en soluciones que tengan impacto global.
¿Qué papel juegan instituciones como el Parque Científico de Alicante en el impulso de la innovación, la tecnología y el desarrollo del sector biotecnológico en la provincia?
Andrés Antón Salas (AEBA): Aunque en su momento hubo voces críticas respecto a la inversión que se iba a realizar en los parques científicos —una inversión millonaria, por cierto— los resultados han demostrado que fue una apuesta muy acertada. Según los últimos estudios de APTE, la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España, entre 2021 y 2023, cada euro invertido en I+D ha generado un retorno de entre 16 y 23 euros.
Además, se han creado más de 160.000 empleos altamente cualificados, lo que implica también una generación de salarios elevados. Todo ello refleja el enorme impacto económico y social que están teniendo estas infraestructuras en su entorno.
Desde mi punto de vista, pocas inversiones en ciencia han resultado tan rentables como la realizada en los parques científicos, y el Parque Científico de Alicante es un claro ejemplo de ello.
¿Qué mensaje te gustaría trasladar a los jóvenes investigadores ante esta nueva era en la que ciencia e inteligencia artificial van de la mano?
Javier García Martínez (ponente): Nunca ha habido un momento mejor para dedicarse a la ciencia. Hoy contamos con herramientas extraordinarias: podemos ver átomos, manipular la materia a escala nanométrica y, además, gracias a la inteligencia artificial, interpretar grandes volúmenes de datos e incluso generar nuevas hipótesis.
Pero este potencial también conlleva responsabilidad. La ciencia y la inteligencia artificial pueden utilizarse para el bien o para el mal, por eso necesitamos que la formación científica vaya acompañada de una sólida educación humanista. Es fundamental integrar valores, ética y reflexión en todo lo que hacemos.
Me preocupa especialmente lo que llamo el “nacionalismo científico”. Los países son cada vez más conscientes de que la ciencia es clave para la competitividad económica y la seguridad nacional. Esto está poniendo en cuestión la idea de la ciencia abierta, no solo por parte de las editoriales, sino también desde los propios gobiernos.
Aun así, quiero lanzar un mensaje claro a los jóvenes: el futuro depende de lo que hagamos con él. Los grandes retos globales solo se podrán resolver con más y mejor ciencia. Pero la ciencia, por sí sola, no basta. Hace falta liderazgo, voluntad política y personas dispuestas a actuar.
Los científicos debemos salir de nuestra zona de confort: emprender, liderar, comunicar mejor. Solo así lograremos que la ciencia tenga el impacto transformador que el mundo necesita.
Desde AEBA, ¿qué importancia le dais al fomento de espacios que propicien la reflexión y el diálogo sobre tecnologías emergentes como la IA dentro del sector biotecnológico?
Andrés Antón Salas (AEBA): Desde AEBA consideramos fundamental crear espacios que fomenten la reflexión y el diálogo sobre tecnologías emergentes como la inteligencia artificial. Por eso organizamos este tipo de jornadas, con el objetivo de mantener informados a nuestros asociados y ayudarles a estar al día.
Contar con profesionales de la talla de Javier García Martínez permite ofrecerles una visión mucho más amplia y clara de lo que se está haciendo a nivel internacional. Creemos que acercar este conocimiento a nuestras empresas puede ser clave para que definan mejor su estrategia en relación con estas tecnologías en los próximos años.
¿Cómo contribuyen instituciones como el Parque Científico de Alicante a que el conocimiento generado en la universidad llegue de forma efectiva a la sociedad?
Andrés Antón Salas (AEBA): Esta es, sin duda, una de las grandes conversaciones de nuestro tiempo. Da igual que estés en Turquía, en Chile o en China: en todo el mundo se habla de cómo llevar el conocimiento generado en la universidad a la sociedad. Los países son plenamente conscientes de que los protagonistas del siglo XXI serán aquellos científicos capaces no solo de generar conocimiento, sino también de aplicarlo.
Por eso, prácticamente todas las universidades cuentan ya con parques científicos, tecnológicos o incubadoras. En ese sentido, la Universidad de Alicante tiene un gran valor añadido al contar con el Parque Científico. Es un espacio que muestra a los investigadores que la ciencia no termina en el laboratorio o en las aulas, sino que puede —y debe— ir más allá.
El Parque Científico de Alicante es ese puente que permite transformar descubrimientos en soluciones reales que llegan al mercado y a la sociedad. Y aunque existe una competencia global por atraer y retener el talento, creo que la Universidad de Alicante está muy bien posicionada. Tenemos un gran potencial científico, y para mí es un orgullo poder participar en iniciativas como esta que lo ponen en valor.