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Explican que el hidrógeno un vector energético versátil y no contaminante, que permite obtener energía eléctrica, mecánica o térmica, con altos rendimientos y con una nula huella de CO2, por ello, aseguran con contundencia que es la energía del futuro. Iván Navalón (CEO), Guillermo Megías (CMO) y Pablo Garzo (CFO) son los tres fundadores de la start up energética Hydros Power.

Tres jóvenes con espíritu emprendedor pertenecientes a diferentes campos profesionales (Ingeniería, Marketing y Administración de Empresas), que se han unido para desarrollar estaciones generadoras de hidrógeno renovable a diferentes escalas. Se incorporaron al ecosistema PCA el pasado enero y, desde entonces, ya han completa con éxito las pruebas de su prototipo.

Pregunta: ¿Cómo nace Hydros Power?

Pablo Garzo: La empresa nace porque pensamos que ante la problemática mundial de la contaminación y las emisiones de CO2, decidimos que teníamos que crear una solución para este problema. Así fue como nos unimos los tres cofundadores: Iván Navalón, Guillermo Megías y yo. A Iván lo conocí trabajando juntos en una empresa y siempre nos ha gustado emprender, además coincidíamos en pensar que trabajar por cuenta ajena no era lo nuestro. Esto coincidió con que Iván estaba haciendo un máster de tecnologías sobre el hidrógeno y energías renovables y decidió dedicar su Trabajo Final de Máster (TFM) al desarrollo de un electrolizador, que es el corazón de Hydros Power y a partir de ahí nace la tecnología.

P: ¿Cuál es el objetivo de la empresa?

Guillermo Megías: El objetivo es acelerar la transición hacia las tecnologías del hidrógeno, sobre todo en el ámbito de la movilidad. Lo que queremos es lograr una economía verde y limpia que contribuya a la creación de ciudades sostenibles y resilientes para las futuras generaciones.

P: ¿En qué consiste vuestra tecnología?

Iván Navalón: La tecnología de Hydros Power se centra en el desarrollo de soluciones basadas en el uso del hidrógeno para la movilidad. Concretamente, tenemos dos líneas de negocio diferenciadas. Por un lado, tenemos las estaciones de generación y suministro de hidrógeno a vehículos, que cuentan con nuestra propia tecnología de electrólisis, de la que ya tenemos aprobado su modelo de utilidad. Por otro lado, tenemos los sistemas de propulsión de vehículos de hidrógeno, que nos van a permitir tener un primer producto en el corto plazo y conseguir tener fondos para desarrollar toda nuestra tecnología.

P: ¿Cuál es vuestro modelo de negocio?

Pablo Garzo: El modelo de negocio de Hydros Power consiste en la venta, tanto de estaciones generadoras de hidrógeno, como de sistemas de propulsión de hidrógeno para vehículos. Inicialmente, nos queremos centrar en dos segmentos de cliente, por un lado, las carretillas elevadoras o forklifts y, por otro lado, en los vehículos marítimos autónomos (USV por sus siglas en inglés, Unmanned Surface Vehicle).

P: ¿Por qué habéis decidido vincularos este año a PCA?

Guillermo Megías: Decidimos vincularnos al Parque Científico de Alicante, porque desde que inicié mis estudios en la UA siempre habíamos oído hablar muy bien del buen hacer de esta entidad. Por ello, cuando fundamos Hydros Power teníamos claro que queríamos formar parte de este ecosistema y, efectivamente, no nos equivocamos, porque nos han ofrecido ayuda en financiación, en comunicación y difusión, y a día de hoy, es una de las mejores decisiones que hemos tomado.

P: ¿Por qué el hidrógeno es la energía del futuro?

Iván Navalón: Sabemos que el hidrógeno es la energía del futuro. Sobre todo, las soluciones de almacenamiento con baterías de litio actuales requieren una gran cantidad de litio, que es un material escaso en la corteza terrestre y, sobre todo, difícil de gestionar tras su uso y degradación. Sin embargo, el hidrógeno presenta una serie de ventajas como podrían ser menores tiempos de recarga para los vehículos, mayores autonomías y, en definitiva, tiene un menor impacto ambiental y especialmente a grandes escalas, como es el caso de los medios de transporte, especialmente el pesado, ya que se consigue disminuir el peso de los sistemas de almacenamiento de energía.

P: ¿Cuáles son vuestros planes para seguir creciendo?

Pablo Garzo: Nuestros planes para seguir creciendo son, por un lado, seguir desarrollando nuestras propias tecnologías y, por otro lado, conseguir financiación para poder llevar a cabo este desarrollo. Ahora mismo, estamos en conversaciones muy avanzadas con un grupo energético español muy importante, para llevar a cabo una prueba piloto de nuestra estación renovable. Además, estamos colaborando con una empresa canaria de catamaranes, es decir, de USV autónomos, que quiere ser nuestro primer potencial cliente en el que se integren nuestros sistemas de propulsión e, incluso, cargar estos vehículos con nuestras estaciones de hidrógeno.

P: ¿En qué consistió la prueba piloto que realizasteis hace unos meses?

Iván Navalón: Tuvimos la oportunidad de realizar una prueba piloto hace unos meses, gracias a la financiación recibida por el Fondo Ports 4.0 de Puertos del Estado. Este ensayo consistió en el desarrollo de una prueba piloto de la estación a escala de laboratorio, en la que conseguimos alcanzar un TRL 4, es decir, en una escala de nivel de madurez tecnológica (TRLs por sus siglas en inglés – Technological Readiness Level) de 4 sobre 9. Además, fuimos capaces de instalar esta estación a bordo de un pequeño vehículo marítimo autónomo y poder comprobar así la efectividad de la generación de hidrógeno a través de energías renovables.

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Quiso ser matemática, pero acabó decantándose por la ingeniería química. Tras finalizar su tesis y el nacimiento de su hija, le surgió la posibilidad de crear y liderar una empresa de base tecnológica. Aceptó el reto porque le atraía la idea de trasladar del laboratorio a la industria la tecnología basada en nanomateriales de carbono, en la que había trabajado durante su doctorado.

 
Así, en 2015 nació Applynano, una empresa con un equipo técnico formado mayoritariamente por mujeres, especializada en el desarrollo y fabricación de productos basados en grafeno y otros nanomateriales de carbono. Actualmente, además de ser la CEO de Applynano, es profesora asociada de la UA, lo que le permite compaginar todos sus intereses: la ciencia, la ingeniería y la docencia.
Originaria de un pequeño pueblo de montaña del sur de Italia, creció en el campo, donde aprendió a amar a los animales. Su formación mixta, por un lado, en Cine y Medios y, por otro, en Ciencia e Ingeniería de Datos, hace que se sienta cómoda cuando puede desarrollar simultáneamente sus dos facetas: las artes y las ciencias.

 
En su investigación en la Fundación ELLIS, estudia las posibilidades culturales, sociales y artísticas de la Inteligencia Artificial, concretamente en el efecto que las redes sociales tienen en la vida de las mujeres y la forma en que son percibidas en el ecosistema cultural. Más concretamente, analiza el impacto de la IA en las mujeres en el éxito político, la percepción corporal y la expresión artística..
Desde su primer contacto con la ciencia en el instituto, tuvo claro que su futuro académico y profesional iba a estar marcado por ella. Curiosamente, el mar le aterraba y atraía a partes iguales, sin embargo, decidió estudiar Ciencias del Mar en la UA. Durante su formación, descubrió que el océano estaba lleno de recursos con múltiples aplicaciones potenciales, pero que una mala gestión puede desencadenar un desequilibrio entre ecosistemas y acabar en importantes desastres naturales.

 
La oportunidad de emprender surgió casi de la nada al terminar su trabajo final de máster. Desde marzo de 2021, ocupa el puesto de Chief Sustainability Officer en Mediterranean Algae, donde desarrolla la actividad de cultivo de macroalgas autóctonas del Mediterráneo y de sus extractos desde las directrices de economía circular y sostenibilidad.
Tras formarse en Ingeniería Química en la UA, se doctoró en diseño de procesos y productos. Ha investigado y trabajado en áreas como el tratamiento de aguas residuales, la valorización de residuos industriales o la recuperación de materiales plásticos en la industria.

 
Actualmente, desarrolla su carrera profesional en Fych Technologies, una empresa nacida tras años de investigación sobre el reciclaje de plásticos en la UA. Desde aquí, estudia los numerosos retos a los que se enfrenta el sector del reciclaje en su camino hacia la economía circular como son los materiales multicapa, los olores no deseados y la presencia de contaminantes. Como resultado, la empresa ha desarrollado varias tecnologías innovadoras destinadas a aumentar las tasas de reciclaje, mejorar la calidad y ampliar el mercado de productos reciclados.
Su afición por la ciencia comenzó desde muy pequeña. Aunque con dudas, eligió la Ingeniería Química como opción para continuar sus estudios universitarios y hoy puede confirmar que es una de las mejores elecciones que tomó en su vida. Descubrió su pasión por la investigación realizando el trabajo final de máster en Ingeniería Química, y en su segundo año de doctorado tiene clara su finalidad como investigadora: contribuir a la mejora y el bienestar de la sociedad.

 
Desarrolla su investigación de doctorado en el Instituto Universitario de Ingeniería de Procesos Químicos, concretamente en el Grupo de Investigación Residuos, Energía, Medio Ambiente y Nanotecnología (REMAN). Su objetivo es conseguir elaborar un biopolímero en base de almidón termoplástico (TPS) capaz de reemplazar a los plásticos convencionales derivados del petróleo.
Descubrió su pasión por la ciencia y la ingeniería durante sus estudios en la UA, aunque reconoce que es una carrera dura y exigente. Tras varios años como investigadora, comienza a estudiar el reciclaje de plásticos con el objetivo de mejorar los procesos convencionales y aumentar la calidad del plástico reciclado y continúa trabajando en el grupo de investigación Ingeniería para la Economía Circular.

 
Funda Fych Technologies, una empresa que nace con el objetivo de transferir el conocimiento generado en la Universidad a la industria. La misión de la firma es continuar investigando para aportar soluciones tecnológicas al tratamiento de residuos. Actualmente se han trasferido dos patentes, una sobre envases multicapa y otra sobre eliminación de olores de los plásticos reciclados utilizando vapor de agua.
Se graduó en Ingeniería de Telecomunicación como número uno de su promoción y ha roto infinidad de techos de cristal como profesional: fue la primera directora científica mujer en Telefónica I + D, la primera directora de Investigación en Ciencias de Datos en Vodafone a nivel mundial y la única investigadora española reconocida por el ACM como Distinguished Scientist y Fellow al mismo tiempo. En 2017, fue nombrada una de las 11 personas más influyentes en Inteligencia Artificial en el mundo por Pioneering Minds y en 2021 ha sido galardonada con el Premio Rei Jaume I en Nuevas Tecnologías.

 
Es cofundadora y directora de la Fundación ELLIS Alicante, organización ubicada en el PCA, que se dedicada a abordar desafíos fundamentales en Inteligencia Artificial. Ha desarrollado 41 patentes y, además de su trabajo científico, dedica parte de su tiempo a inspirar a los jóvenes y, especialmente a las chicas, a estudiar carreras tecnológicas.
Siempre se interesó por saber el por qué o cómo suceden las transformaciones de la materia que nos rodea. Los estudios en Química que desarrolló en la UA terminaron de despertar en ella la vocación por dicha disciplina, sobre todo la aplicada al ámbito medioambiental y al de los tratamientos anticancerígenos. Vocaciones que consolidó con un Máster en Química Fina y Molecular; donde dio comienzo a su investigación en el ámbito de los fármacos anticancerígenos.

 
Actualmente, trabaja en el Instituto Universitario de Ingeniería de los Procesos Químicos, concretamente en el grupo de Residuos, Energía, Medioambiente y Nanotecnología (REMAN) y, a su vez, como colaboradora de la empresa Solublion. Su objetivo es la obtención de materiales termoplásticos biodegradables con base de almidón para diferentes aplicaciones como el sector de los embalajes, entre otros, con el fin de disminuir la contaminación ambiental y los productos tóxicos; desarrollando su investigación en el ámbito de la química verde.
Licenciada en Biología por la UA y doctora en Bioquímica, tuvo su primer contacto con el mundo científico desde una perspectiva empresarial gracias a una beca en Gante (Bélgica). Su experiencia de más de 18 años se centra, principalmente, en microbiología y biología molecular aplicada al diagnóstico medioambiental.

 
Consciente de que la investigación se puede convertir en una solución a las necesidades empresariales, en 2019 asumió el cargo de directora de innovación en Labaqua, donde gestiona un departamento transversal que da soporte a las distintas líneas de negocio de la empresa, desarrollando y validando nuevas tecnologías adaptadas a la necesidad de un mercado cada vez más exigente, el medioambiental. Además, gestiona las colaboraciones con centros tecnológicos, universidades y empresas privadas. Durante su carrera, ha podido compaginar el trabajo en el ámbito empresarial con la participación en publicaciones científicas y proyectos de investigación que han permitido dar a la compañía un gran valor científico-técnico.
Lleva trabajando 18 años con organismos que no se ven, microorganismos, para solventar problemas en cultivos. Daños que no sólo son visibles, sino que producen mermas muy importantes, poniendo en jaque a la agricultura. Siempre tuvo claro que trabajar para una empresa era su futuro, aunque nunca llegó a pensar en montar una. La vida la encauzó hasta Glen Biotech, la primera empresa de base tecnológica de la Universidad de Alicante. La tecnología que desarrolló a través de su tesis fue la que dio origen a ese proyecto.

 
Desde entonces, han pasado han pasado 12 años, en los que se ha enfrentado a un registro de sustancia activa a nivel europeo, a escalar e industrializar un proceso de fermentación de microorganismos, a dirigir un equipo de personas jóvenes que salían de la universidad con poca o nula experiencia en la empresa. Ahora trabaja desde Glen Biotech dentro de la multinacional biotecnológica Symborg.